Por todos los comentarios anteriores (y otros) obviamente siempre les contesto con información basada en evidencia y actualizada de lactancia materna humana. Y por supuesto les regalo un tríptico con más datos relevantes e importantes y el contacto de PILU (https://www.facebook.com/lactanciauniversitaria/notifications/) y sus servicios.
Honestamente lo que me dicen y no me dicen acerca de mi lactancia (en vía pública) las personas en general no me sorprenden o me asusta. Sin embargo, lo que leo y escucho de Profesionales de Salud, y entre ellos mis colegas sí que me dejan perpleja y decepcionada, hasta cierto punto con el sentimiento de tristeza. Aunque lo anterior también me motiva a moverme más en pro de la lactancia, y seguir promoviéndola y defendiéndola ante mis colegas, para que ellos también se quiten esa careta de ignorancia en el tema que alguna vez yo porte. Y no es que sea yo una máster en el tema, pero al menos ya no ando por la vida ‘fregando’ lactancias con mis comentarios basados en los dichos populares. Hoy sólo me dedico a darle acompañamiento profesional a los verdaderos expertos de sus lactancias: mamá y bebé.
Pero ¿y qué pasa con aquellos que dicen defender la lactancia?, ¿por qué se asustan y/o hasta ridiculizan las tetadas públicas? Y lo más increíble ¿por qué tiene fecha de caducidad la defensa de la lactancia con un bebé de más de 4 años? Acaso el sistema nos tiene tan embaucados con la idea de que existe la lactancia mal llamada prolongada sólo hasta los 2 años. Y que posterior a eso puede convertirse en una tortura emocional para la mamá y una posible arma letal para la mente del bebé.
Con regularidad leo y observo que la lactancia debe presentar un fin con respeto, un fin que nazca en la necesidad de la mamá o el bebé para no continuar más, por diversos factores, que curiosamente van emergiendo cercanos a los 2 años o un poco más del bebé. Y lo digo curioso, porque es parte de un eslogan que promueve la Organización Mundial de Salud (OMS), y por ende es cómo sin querer se colocará en tu mente un límite invisible que te va marcando las horas y los segundos del final sugerido -sin querer queriendo diría cierto personaje de la cultura popular mexicana-. Entonces bajo esa premisa me pregunto ¿existe el
destete respetuoso? De ser así ¿para quién resulta respetuoso?, ¿para ambas partes?, o ¿sólo para la sociedad y sus reglas morales del siglo de la ciencia y tecnología, y el desconecte natural?
Ante todo, lo anterior amamantar en público puede presentar 3 fases sociales que se basan en criterios morales. Y el ejemplo más claro es el siguiente:
Amamantar en público a un RN hasta los 6 meses es un DERECHO hoy aplaudido y cada día más visible y defendido a lo largo y ancho del país. **Pero aún falta más por hacer para que se vuelva normal ejercer ese derecho natural**
Amamantar en público a un bebé de 6 meses hasta los 2 años es un acto de REBELDÍA que implica el desborde colectivo de 2 bandos. Los que aplauden tu lactancia en público y hasta quieren fotos de ti y tu retoño porque resultas ser una chica anarquista y heroína. Y el otro lado que busca la forma de lincharte hasta por las redes sociales por ser tan subversiva.
Amamantar en público a un niño de 3 años hasta los 7 es un acto de EXHIBICIONISMO, impúdico, enfermizo, y ridículamente asqueroso que la sociedad (completa) condenamos. Incluso aquella parte de la sociedad que alguna vez te tomo fotos para presumirte en sus redes como la chica heroína de la película mágica de la vida actual, también te demuestra su disgusto y desaprobación para con tu lactancia, que alguna vez la llamaron: el mejor acto de amor puro y sincero del mundo mundial…